Barcelona y masonería I: 'Font del geni català'

La 'font del geni català'

Barcelona ha sido - y es - una ciudad muy vinculada a la masonería; una simple búsqueda a través de Internet nos puede dar una ligera idea de ello. Para reforzar más esta afirmación: en el año 2009 el Ayuntamiento de Barcelona editó la guía Paseos por la Barcelona masónica de Xavier Casinos, al igual que han hecho otras ciudades importantes del mundo como Nueva York, París o Londres.

Sin ánimo de entrar en detalle sobre los orígenes e historia de la masonería - ya existe mucha información accesible a todos -, doy comienzo a una 'miniserie' donde me centraré más en elementos arquitectónicos visibles por el caminante y en su simbología. Aunque, evidentemente, tendré que hacer referencia a algunas figuras destacadas de esta sociedad discreta, entre otras cosas, porque muchos de lugares están dedicados a ellos. Nuestra primera parada va a ser en el Pla de Palau, lugar donde antaño existió una gran actividad comercial fruto de la carga y descarga de mercancía marítima; de hecho, en esta plaza, era donde existía la única vía de acceso a la ciudad desde el puerto a través del ya inexistente Portal de Mar.

Pues bien, justo en la mitad del Passeig d'Isabel II, se halla la Font del geni català (Fuente del genio catalán), erigida en 1856 en honor a Francisco Bernaldo de Quirós, capitán general de la ciudad en tres ocasiones, por tomar la decisión de canalizar agua potable desde la población de Montcada hacía Barcelona en una época de epidemias por agua contaminada. El genio alado simboliza el avance hacia el progreso - según el Diario de Avisos y Noticias de 1856 -, las cuatro estatuas representan las cuatro provincias de Cataluña y los leones, los ríos Llobregat, Ebro y Segre.

Hasta aquí no hay nada que nos llame la atención, a no ser que nos fijemos en la estrella de cinco puntas que sostiene el genio con la mano derecha por encima de su cabeza. Este detalle por si sólo no es significativo a menos que tengamos en cuenta los edificios cercanos y su historia: entonces todo cobra una dimensión de conjunto.

Para los masones, la estrella de cinco puntas, también llamada Pentalfa o Pentagrammom, simboliza el dominio del espíritu sobre los elementos de la naturaleza que, a veces, suele ser representada con una G inscrita en el interior: en referencia a la Geometría, Gnosis, Génesis, Generación Universal o Gran Arquitecto Universal.